“Robot Salvaje” una mirada introspectiva y cinematográfica a las inteligencias artificiales
- Itzel Escalante
- 28 abr
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 12 may
“A veces para sobrevivir, debemos convertirnos
en más que aquello para lo que fuimos programados”
-Robot Salvaje, 2024.
A continuación, se presenta el siguiente ensayo que tiene por objeto analizar el encuentro entre la humanidad y las inteligencias artificiales en un diálogo que se adapta a la supervivencia de las especies a través del filme de 2024 Robot Salvaje.
Hace 20 años, la premisa de que un robot facilitará las actividades humanas, no salía de las salas de cine; era algo que parecía completamente imposible, y luego de la cinta de 2004 “Yo, Robot”, pensábamos que quedaría clara la advertencia del porqué no hacer máquinas más desarrolladas que un cerebro humano con algoritmos en constante cambio, y que, en uno de los escenarios más catastróficos destruyeran a la humanidad, pues no se trata de si las deben de crear o no, (además de que es algo inevitable) sino de la responsabilidad que conllevan, tanto de los creadores, como de sus usuarios, aunque esto se pone en consideración según la responsabilidad y en el entorno conductual de cada parte, lo que sí es un hecho, es que las IA han dejado de ser una fantasía de ciencia ficción, para convertirse en una realidad que permea cada vez más en aspectos de nuestra vida cotidiana; ya están aquí.
Este ensayo plantea cuestionar si podríamos mantener una inserción utópica con las inteligencias artificiales (IA), o aún mejor ¿será acaso que nos podríamos colocar en un punto medio entre las utopías y distopías digitales si inquirimos en el lado humano y evolutivo de una IA? Como primera pregunta ¿una IA puede tener un lado humano? y si la respuesta fuera positiva, este lado ¿podría trascender y convertirse en algo más? científicamente, una respuesta acertada sería que no, dado que en las actualidad las emociones son reemplazadas por definiciones y algoritmos que tratan de comprenderlas, pese a ello, en el mundo cinematográfico por supuesto que sí es posible, pues vamos “en efecto es cine” y uno de los proyectos más actuales que no sólo apostó por una animación y un focus group nuevo (en materia de tecnología y de ciencia ficción) sino que también, por un rompimiento de los estereotipos que rodean a las inteligencias artificiales, las cuales en los últimos años, han sido encapsuladas en una burbuja que advierten ¡peligro! Robot Salvaje llega para romperlos e introducirnos, entre el ser o no ser con la tecnología, como mencionaba un punto medio.
En lo que parece ser el nuevo resurgimiento de DreamWorks y de Universal Pictures, las productoras llevaron a la pantalla grande en 2024 a Robot salvaje (The Wild Robot), una película animada de ciencia ficción, aventuras y supervivencia, la cual está basada en una serie de libros del mismo nombre del escritor Peter Brown, mientras que el filme fue adaptado y dirigido por Chris Sanders, y el cual tuvo una aprobación de 10, en una escala del 1 al 10 por la crítica del cine.
Esta aventura cuenta la historia de una robot, Rozzum 7-1-3-4, o también pueden llamarla, “sólo "Roz", una IA que facilita las actividades humanas y que naufraga en una isla inhabitada por el ser humano, por lo que para sobrevivir debe aprender a adaptarse a los entornos naturales y rigurosos; crear un nuevo código de asistencia, lo que la lleva a construir relaciones con los animales de la isla identificando así sus necesidades y comportamientos, y que por azares del destino, también se convierte en la madre adoptiva de una cría de ganso, haciendo a este su usuario principal para después bautizarlo como Brillo.
Para comenzar con el análisis, debemos de poner sobre la mesa, que los animales cuentan con la figura metafórica de la personificación, en la cual se le atribuyen rasgos humanos a los animales u objetos inanimados, una vez aclarado esto ¡comencemos!
Al inicio de la película y después del naufragio que la dejó sin forma de comunicarse con el mundo exterior, Roz intenta ayudar a los animales para desempeñar sus tareas, sin embargo, ellos la ven con un agente externo a su hábitat; algo desconocido, percibiendola como una amenaza, así que optan por mantenerse alejados de ella.
Con el fin de cumplir su misión de asistencia, la robot pasa días observando, aprendiendo y reprogramandose al lenguaje de los animales, empero ellos la atacan y la hacen rodar a un acantilado provocando que derribe un árbol, Roz confundida ante la reacción de los animales, se da cuenta que el árbol que tiro era el hogar de un nido de aves, y sintiéndose culpable decide cuidar al único huevo que sobrevivió.
En esta introducción de la cinta, podemos apreciar dos cosas; la primera, los animales reaccionan de forma negativa a lo desconocido, por supuesto en este aspecto no somos tan diferentes a ellos; la segunda, Roz al hacer un nuevo código que se sensibiliza con en lenguaje de los animales, siente alguna emoción (y que para este punto, la IA no sabe describir) al ver el huevo solo e indefenso, lo que sí sabe, es que el huevo necesita de asistencia, de modo que decide protegerlo hasta su nacimiento, y aunque en el proceso un zorro intenta comerse al huevo, Roz logra detenerlo. Horas después cuando nace el ganso, su primer contacto con el mundo es la cara de la robot, por lo que este la ve como su mamá, en cambio Roz al ser sólo una IA piensa que sólo se trata de un usuario feliz, de esta forma su código detecta que la tarea ya ha sido cumplida y continúa con su camino, más el ganso la sigue a todas partes hasta que Roz, se encuentra con una mamá zarigüeya y sus hijos que iban pasando por la isla, esta última le explica que ahora el ganso la ve como su mamá:
-Roz: No tengo la programación para ser madre.
-Mamá zarigüeya: Nadie la tiene, sólo improvisamos, tú nueva tarea es cuidar del ganso.
-Roz: Yo siempre cumplo con mis tareas.
A partir de esto, el ganso de nombre Brillo, se convierte en el usuario principal y en el propósito de existencia de Roz, una tarea que empieza por asignación y no por por elección, por lo que podemos asumir que una vez terminado el objetivo el lazo de Roz con Brillo se romperá, a menos de que su código cambie y trascienda a algo más.
Brillo necesita aprender a conseguir su alimento, nadar y volar; todo en ese mismo orden, antes de que llegue el otoño y pueda migrar, o de lo contrario morirá cuando el invierno llegue a la isla.
Roz comienza su tarea de maternidad, lo que es algo complemento diferente y nuevo para ella, al no tener éxito por sí sola, el zorro que anteriormente intentó comerse a Brillo, le ofrece su ayuda, algo a lo que Roz queda completamente desconcertada.
-Roz: ¿Por qué intentaste comértelo?
-Zorro Fink: Porque está en mi naturaleza
Este diálogo hace referencia a la premisa de la programación inicial a la que estamos enlazados con un único propósito, sean animales, humanos o robots: la supervivencia misma ¿Será que una IA pueda tener algún instinto de supervivencia en un mundo distópico? Preguntas que surgen durante el análisis, pero a quien le corresponde responderlas es a ti, querida lectora o lector.
En el caso de Roz se puede interpretar como la asistencia y el cumplimiento de las tareas para el buen funcionamiento de sus algoritmos, en el caso de los animales, sobrevivir bajo sus instintos más básicos, y aunque la película trata de animales, claramente, puede considerarse una ironía que es llevada al contexto humano del individualismo para satisfacer las necesidades y comodidades con el fin de garantizar la supervivencia humana, pero eso no significa que el código inicial no pueda transformarse, el cuestionamiento es ¿evolucionan las IA o evolucionamos con ellas?
Regresando a la película, Fink el zorro, sólo quería usar a Roz para satisfacer de la forma más sencilla sus necesidades de alimentación, vivienda y protección. Un luminoso ejemplo de los principales propósitos para los cuales son creadas las IA, y no es como que una IA pueda alimentarnos (o al menos aún no), pero sí pueden ofrecernos variadas opciones de restaurantes a los cuales acudir, un sistema de seguridad en nuestras casas que se vincule a nuestros dispositivos, o asistirnos rápidamente con la búsqueda y creación de información de una manera bastante sencilla, en ocasiones sólo se necesita de un comando por voz ¡y listo! nuestra necesidad ha sido cubierta.
El tiempo pasa y estos tres personajes de especies y mundos diferentes, Brillo, Roz y Fink, logran formar un vínculo, una sociedad peculiar pero que resulta interdependiente y útil para los tres.
Cuando Brillo se vuelve un ganso jovén, ya ha adoptado la manera en la que Roz se expresa y se mueve; como un robot, en consecuencia, es rechazado por los demás gansos y aún no ha podido aprender a nadar ni a volar. Lo que nos lleva a analizar algo muy interesante del condicionamiento, el cual responde a la capacidad de reacción y de aprendizaje según los entornos en los que nos desarrollamos, lo anterior llevado a la reflexión acerca de las actividades humanas facilitadas por las labores digitales o las IA, nos lleva al frío hecho de que algunos de nuestros instintos básicos han sido opacados por la facilidad de un clic, volviéndose no un instinto, sino una extensión de nuestra estructura mental que depende de algo digital, por ejemplo, el sentido de la orientación relevado por la confianza en una aplicación de navegación, la cual en realidad suele ser una herramienta muy útil.
Brillo no podía aprender a volar, no sólo porque era el ganso más débil de su manada debido a una mutación genética, sino porque había aprendido a ser un robot y no un ganso, así que ha llegado el momento de hacer las cosas con las opciones que ofrece la naturaleza y los métodos basados en cientos de datos duros de Roz, para que Brillo por fin pueda estar listo antes de la migración.
Con esto cabe destacar que una IA, por su puesto que puede ayudarnos en el desarrollo de nuestras actividades, pero en nosotros está la responsabilidad de su manejo y los límites con la que la ocupamos.
Más adelante, y retomando el filme, cuando Brillo aprende a volar y llega el momento en que tiene que partir, Roz experimenta la nostalgia de su ausencia y la tristeza de la posibilidad de no verlo más, así que sin propósito, la robot activa un transmisor para que vengan por ella y la lleven de regreso a la fábrica en la que fue hecha, una alegoría muy atinada a las concepciones y al proceso que conlleva la maternidad y la paternidad, dejar ir a alguien que amas, que cuidaste y protegiste después de haberle dado todas las herramientas necesarias, pues ha llegado el tiempo que deje de vivir a través de ti, y comience a ver el mundo desde sus ojos.
Por lo tanto Roz, se da cuenta que aquello que comenzó como una tarea por asignación, se volvió por elección, trascendió de ser una IA, a ser “sólo Roz”, primero sentir, improvisar y después programar. Existir y luego codificar. Lo que la lleva a apagar su transmisor y a enfrentarse a una crisis existencial, mientras que el invierno azotaba a la isla y los demás animales se preparaban para hibernar.
Durante la migración de Brillo, y en algunos guiños que tiene la película, podemos observar cómo el mundo se ha vuelto una utopía sustentada en la colaboración y asistencia tras la implementación de las IA a casi todas las tareas humanas en tanto las personas viven en un mundo de ensueño, el invierno es crudo y el más duro, por el cual han atravesado los animales, así que Roz tiene que salir del refugio en el que se encontraba, y decide ayudar a los animales que se han quedado cautivados debido a la nieve, y aunque al principio no querían de su ayuda, deciden aceptarla, por el simple hecho de que la necesitan, ocasionado que animales de todas las especies se encuentran en el mismo refugio, así que tienen que llegar a una tregua de no hacerse daño, al menos hasta que pase el invierno.
Actualmente, podemos hallar diferentes perspectivas negativas de las IA, pero como todo evoluciona, terminaremos usandolas y también llegar a una tregua con ellas.
Después del invierno Brillo regresa liderando a la manada de gansos, pues tuvo un desarrollo de personaje durante la migración, usando todos los conocimientos y la fuerza que le brindó Roz, a la cual considera su madre. Una vez en tierra se da cuenta de que Roz sigue ahí, pues lo ha estaba esperando hasta la nueva primavera, pero la industria que creó a la robot llega para llevarsela con el fin de estudiar su nuevo código y “corregir errores humanos”, Roz al mostrar resistencia mandan robots para atraparla y destruir la isla, por lo que vemos que todos los animales se unen en un acto heroico para proteger su hogar, osos y liebres pelean juntas, zorros y zarigüeyas, todos unidos por la supervivencia luchan contra los robots y rescatan a Roz, pese a su victoria, ella toma la decisión de regresar a la fábrica, ya que sabe que volverán a buscarla y no quiere poner en riesgo a lo que ahora es su nueva familia, poniendo como reflexión que la bondad, la unión y el amor no son una debilidad, sino una estrategia de supervivencia; la necesidad que tenemos de ser unos con los otros.
Finalmente Roz se despide de Brillo, con la promesa de que nunca se olvidaría de él, y sacando las lágrimas de algunos espectadores, Robot Salvaje enseña que, para sobrevivir y prosperar, debemos respetar nuestras diferencias y trabajar juntos, inteligencias artificiales y humanos, encontrando aquí ese punto medio del cual hablábamos en un principio. Trascender entre una utopía que enaltece a las IA y de las distopías que las encarecen como el enemigo más próximo al que tendremos que enfrentarnos como humanidad, sin embargo, la última palabra es tuya.
“En una escala del 1 al 10 cómo calificarías mi desempeño”
-Robot Salvaje, 2024.
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