La torre y el contemporáneo
- Jorge Martínez
- 28 abr
- 1 Min. de lectura
Actualizado: 12 may
Contigo ya todos habían soñado,
y ahora solo te quieren los iluminados.
¿Para mí?
Para mí solo tu plateada sombra,
que me toca fría,
estridente.
¿Eres ella o eres él?
Me confunde tu escote fálico
de abdomen subterráneo.
¿O eres esto?
Concreto,
acera que refleja más que el agua.
Dicen que no vas a parar de crecer,
que el Sol y tú, separados, se harán uno,
que quieres llegar a marte
¿Qué quieres?
¿Será que en el Norte también te ven?
Solo sé que me sigues a dónde es que voy,
con tu atisbo de luna,
con tu ojo de sal.
Estarás enamorada de mí…
o igual me odias,
aplástame entonces.
Ya antes con tu brío metálico
habías matado, escuché.
Pero ahora veo matas seductora,
Mara.
Qué lástima que yo, todo menos príncipe,
hoy te entregue mis ojos.
Y ya no te rebato.
Al final para esto fui hecho,
así me lo dijeron las ventanas azules,
y mi padre y mi madre
y mis hermanos.
Y gracias a mi casa alumínica,
y por tu fulgente canto,
al fin logras dormirme,
y me despiertas en imán,
en hombre inconsciente.
Quimera del sur,
rito moderno
¿Sangras como yo sangro?
Ilusión de acero,
titán austral
¿Puedes ser muerta como yo soy muerto?
Ahora,
trasquilado el sueño,
sueño poder soñar otro,
sueño con soñar dejar de ser imán,
sueño querer matar al mito
para volver a ser carne.
jorgem13_ (Instagram)
Comments